viernes, 9 de abril de 2010

Rima LX

Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranque,
aunque senti­ al hacerlo que la vida
me arrancaba con el!

Del altar que le alce en el alma mi­a
la Voluntad su imagen arrojo,
y la luz de la fe que en ella ardi­a
ante el ara desierta se apago.

Aun turbando en la noche el firme empeño
vive en la idea la vision tenaz…
¡Cuando podre dormir con ese sueño
en que acaba el soñar!

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