Lloro en la noche grande la serpiente
y lloraron los pajaros de arena
el agua temblorosa en su corriente
y la sombra vibrando en la falena.
Lloro en la noche grande la serpiente
como insuflando su dolor de quena,
quemando como fuego en el sufriente
corazon de la piedra y de la pena,
 Lloro en la noche con dolor ajeno,
con voz de polvareda y de veneno,
con voz de soledad y de regreso.
Mas la piedra sonora en trizadura,
acomodo a la sierpe en la ternura
de su matriz cantora y de su hueso.
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